viernes, 16 de mayo de 2014

Noticias literarias que matan (sobre el premio de novela anunciado este año por el Ministerio de Cultura)


"Temporal" (Tomás González), "La carroza de Bolívar" (Evelio Rosero), "El incendio de abril" (Miguel Torres), "Casablanca la bella" y "El cuervo blanco" (Fernando Vallejo).
Son las cinco novelas finalistas del Premio Nacional de Novela 2014, informó el Ministerio de Cultura.

Con esta noticia, el país conoció el pasado 7 de mayo los finalistas al premio de Novela convocado este año por el Ministerio de Cultura a obra publicada. Por supuesto, cuando conocí las bases, cuando supe del monto económico, supe de inmediato que no se lo ganaría ningún desconocido, que no se lo ganaría nadie que hubiese publicado en una editorial independiente. Si vemos, los autores gozan del prestigio del público lector, son buenos, y son buenas también sus casas editoriales. Tal como vamos, un colombiano que no publique con editoriales de gran calado, difícilmente logrará alzarse como ganador de un estímulo que pareciera tener nombre propio, o mejor, que pareciera haber sido pensado para caer en las manos de aquellos autores que se pueden dar el lujo de vivir moderadamente de los libros. Seguiremos siendo inéditos entonces, por más que una editorial independiente nos publique. 


Y estas son las novelas nominadas, que espero no resulte ganador don Fernando Vallejo, porque ya sabemos adónde irá a parar el dinero con el que soñamos ganar tantos escritores de oficios varios:

"Temporal" de Tomás González: según el jurado “es, a un mismo tiempo, una novela de encierro y una novela a cielo abierto. Transcurre en el mar, en la intemperie, a merced de una tormenta, pero a la vez en la estrechez de un bote del que no es posible salir. Tomás González se vale de una circunstancia así para que un padre y sus dos hijos concentren y desplieguen ese cúmulo de intensidades que no puede sino remitir a los tonos de las tragedias, tonos que González evoca a la perfección”.

"La carroza de Bolívar" de Evelio Rosero: por ser, de acuerdo con el jurado, “la más audaz estructura narrativa pues es un desafío a la ‘novela histórica’, que el autor logra sacar adelante con mucho brío. Es una novela, obra literaria de ficción, que se sostiene más allá de la interpretación y ‘recreación’ histórica. A la audacia de la estructura hay que añadir la demostración magistral del carnaval en la tercera parte del libro”.

"El incendio de abril" de Miguel Torres: porque es “la mejor novela sobre El Bogotazo. Dividida en tres capítulos, revive esas horas terribles sin consentirse una sola opinión. Aunque sea un lugar común, no es capaz uno de cerrar el libro hasta llegar al final. Final abierto, como se dice. Esperamos la tercera parte”, manifestó el jurado.

"Casablanca la bella" de Fernando Vallejo: porque se trata de “una obra escrita con la lucidez y el estilo torrencial propios de Fernando Vallejo, en la que el protagonista (probablemente el propio autor, pero eso es anecdótico para el caso) conmueve al lector con su desesperada búsqueda por los lugares de la infancia. Esos lugares ya no existen o se han transformado hasta volverse irreconocibles. Esa búsqueda es especialmente dolorosa si se considera que el protagonista es un ser destruido por dentro, solo, lleno de conflictos y ajeno a los cánones morales de la sociedad. En suma, un libro feroz, y en muchas ocasiones de un sarcasmo hilarante, sobre los intentos de recuperar el tiempo ido”.

"El cuervo blanco" de Fernando Vallejo: porque relata la historia de “un hombre llega a un cementerio en busca de las huellas de otro hombre; y a partir de una lápida (la de Ángel Cuervo), reconstruye la vida dedicada al saber de Rufino José Cuervo. La narración se mueve entre el santo observado y el pícaro observador, hagiógrafo, tanatólogo y cazafantasmas. A partir de este contrapunto, el escritor, Vallejo, disfraza la diatriba de dato histórico, el dato histórico de comentario sociológico, la opinión de documento, y se sirve de todas las herramientas a su alcance —en particular de los múltiples registros del Español— para narrar el enfrentamiento constante entre el hombre y el mundo que lo rodea (tema central de la novela como género), entre un ideal poderoso y la imperfección de la realidad”.